El boom tecnológico que vivimos está influenciando la forma de hacer relaciones públicas. Hoy, las RP se reconfiguran bajo la influencia de tecnologías que hasta hace poco eran ajenas a su operación, tal es el caso de la inteligencia artificial generativa. Esta convergencia entre comunicación y tecnología está dando paso a un modelo de relaciones públicas mucho más inteligente y medible, con amplios beneficios para las empresas.
Según el Global Communications Report 2024 de la USC Annenberg School for Communication and Journalism, más del 60% de los profesionales de RP ya utiliza herramientas de IA para análisis de datos, generación de contenidos y monitoreo de reputación, y se espera que esa cifra aumente de forma clara en los próximos años.
“La tecnología nos ha permitido a los profesionales de RP recopilar y procesar volúmenes de información antes inaccesibles, fundamentando nuestras estrategias con datos que revelan patrones de comportamiento, afinidades temáticas y puntos de contacto relevantes”, afirma Héctor M. Meza Curiel, director general de InfoSol. “Esta capacidad analítica mejora nuestra comprensión sobre las audiencias y eleva la precisión al medir el impacto real de las acciones de comunicación, optimizando la inversión y fortaleciendo la toma de decisiones”, agrega.
RP, hacia una disciplina más analítica y potenciada por datos
El 2026 se perfila como un momento de cambios en el que las fronteras entre marketing y tecnología se desdibujan por completo, dando paso a una disciplina más humana, pero también más analítica y potenciada por datos. Las tendencias de RP, por tanto, apuntan hacia una práctica en la que el conocimiento profundo del dato y el entendimiento emocional de la audiencia coexisten en equilibrio. De acuerdo con Meza, estas son las principales tendencias que marcarán esta transformación.
IA rescribe las estrategias de RP de principio a fin
La inteligencia artificial generativa se ha vuelto un verdadero impulsor de la estrategia de RP de manera integral. IA ya no solo redacta textos, sino que analiza contexto, tono y propósito comunicativo para construir mensajes alineados con la identidad y objetivos de cada organización.
Las áreas de comunicación están aprovechando estos modelos para analizar sentimiento, adaptar el lenguaje a distintas audiencias y mantener la consistencia de marca. Sin embargo, el cambio más profundo radica en el desarrollo de modelos entrenados con datos internos que permiten a las empresas consolidar una voz institucional única, consistente y evolutiva.
Comunicación optimizada para la IA: el SEO deja paso al AIO
Con la llegada de los motores de búsqueda impulsados por inteligencia artificial, el SEO tradicional comienza a ceder terreno ante el AIO (Artificial Intelligence Optimization). Las empresas ya no compiten por ocupar los primeros lugares en una página de resultados, sino por ganar visibilidad dentro del razonamiento de la IA, es decir, convertirse en fuentes que los modelos consideran confiab les y relevantes al generar respuestas.
Esto redefine el papel de las relaciones públicas, pues la visibilidad mediática ya no depende solo de la optimización para buscadores, sino de la capacidad de una marca para ser una referencia semántica dentro de los ecosistemas de IA. Según el informe Generative Pulse de Muck Rack (2024), el 96% de las citas generadas por herramientas de IA provienen de contenido gestionado por equipos de RP, lo que evidencia el peso de estas acciones.
La data como nuevo lenguaje de influencia
Las decisiones en RP se están moviendo del terreno de la intuición al de la evidencia. Plataformas que integran big data, sentiment analysis y social listening permiten medir con precisión el impacto de cada acción, entender la percepción de marca en tiempo real y ajustar la estrategia con base en métricas verificables.
Esta evolución coloca a las RP en la misma mesa que marketing, ventas o TI, ya que los datos les permiten demostrar su contribución al negocio, desde el fortalecimiento de la confianza hasta la generación de oportunidades comerciales derivadas de una reputación positiva.
RP entran en la era del análisis accionable
La nueva generación de medición en RP se basará en datos que reflejen impacto real sobre los resultados de negocio, no solo exposición mediática. Estas métricas ofrecerán una visión más profunda del papel estratégico de las RP dentro del customer journey y su influencia en la decisión de compra, especialmente en mercados tecnológicos donde el ciclo de venta es largo y el impacto reputacional es determinante.
Los modelos más innovadores integrarán métricas como el Share of Voice (SOV), Share of Model, el sentimiento de marca, la generación de leads calificados y la contribución directa a las ventas o conversiones B2B.
Automatización con ética y control reputacional
En paralelo al boom tecnológico, surge la preocupación esencial sobre la ética en la automatización. A medida que la IA se integra en los flujos de comunicación, el riesgo de amplificar mensajes erróneos o sesgados aumenta. Según datos de CoSchedule, el 23% de los profesionales de marketing han reportado errores relacionados con la IA. Además, existe preocupación por los posibles sesgos en los algoritmos, ya que el 45% de estos profesionales considera que la IA puede perpetuar los sesgos existentes, según el Digital Marketing Institute.
En 2026, podríamos ver un mayor foco en el establecimiento de marcos de gobernanza comunicacional que regulen cómo se entrena, supervisa y audita la tecnología que participa en la construcción de la reputación corporativa. Las RP deberán incorporar protocolos, mecanismos de validación de fuentes y políticas de transparencia que garanticen la integridad de la información.
Las relaciones públicas están entrando en una etapa de mayor aprovechamiento de la tecnología, donde la intuición se complementa con la analítica, y la creatividad se potencia con la IA. “En el equilibrio entre datos y empatía, las RP están encontrando su nuevo propósito —no solo influir en la percepción, sino construir confianza basada en evidencia”, afirma Meza Curiel.
Pero en este escenario, es importante recordar que la tecnología no sustituye el valor humano, sino que lo amplifica, ya que la visión estratégica —el entendimiento profundo de las audiencias y del contexto— es lo que da sentido a cada acción. Por ello, las relaciones públicas del futuro serán, en esencia, una sinergia entre mente humana y poder tecnológico, donde los datos guían, pero la empatía conecta.
